Lo unico que me trae momentos de felicidad en medio de este lodo senagoso existencial por el que estoy pasando desde hace mas de una semana; cosa que me ha deprimido y hasta me ha hecho hundirme en un estado de animo pesimo (disculpa Mau mi actitud en estos ultimos dias) es, aparte de mi mujer y mi proximo hijo, la cita que tengo una vez mas en El Terrero este proximo 9 de Diciembre donde una vez mas dawnhilleare esa montaña.
Desde hace 3 años ha sido un ritual el subir en temporadas de lluvias (Julio) acampar un dia y bajar a alta velocidad por el turbulento y sinuoso camino de terraceria.
HISTORIA Y RECUENTO DEL DOWNHILL
Aun recuerdo la primera vez que fui a El Terrero. Todo fue planeado por la maquiavelica mente de Sam, 60 kilometros, contando inicialmente en El Torito de Villa de Alvarez, desde ahi comienza una pedaleada brutal, y parando en Platanarillos, desde ahi hay que pedalear 1.5 kilometros hasta la desviacion y apartir de ahi comienza lo que en verdad es un martirio: 15 kilometros de subida extrema.
Esa primera vez fue inolvidable, estuvimos presentes Sam, Chava, Terror, Hector y Yo. Salimos a las 8 de la mañana de el Polideportivo de Colima y llegamos a las 6 de la tarde a El Terrero. Todo humedo, pues acababa de llover. No podiamos encender nada, pero con paciencia logramos avivar una pequeña fogata para comer y para hacer cafe antes de dormir. Todo fue muy chido.
A la mañana comenzo el dia con una lluvia y con el pago de zona de acampar y demas provisiones que fueron demasiado caras. bajamos a las 9 de la mañana, era un camino entre pinos. Oscuro. Lodoso. En Campo 1 ceso la lluvia y aparecieron unos sinuosos rayos de sol. Comenzo el descenso con un camino lodoso, piedras sueltas y curvas trippeadisimas a eso hay que sumarle que no hay protectores al lado del camino, en cualquier momento puedes hacerle al Superman. La velocidad era brutal y los frenos no respondian ante tal velocidad. Fue un festin de dedos acalambrados, manos, piernas y brazos destrozados. Uff, por fin campo 4, abajo ya se ve Juluapan.... lo que no se ve es la tempestuosa bajada que aun queda por recorrer y que ahora exige mas destreza por parte del ciclista ya que es un camino empedrado.
Ja,ja,ja, aqui es donde nos topamos con un hato de vacas que pastaban al lado del camino, tales animales iniciaron una envestida hacia su propia muerte, ya que de las 4 solo sobrevivieron 2, las otras se fueron a la barranca. Arrgg, el final del empedrado, es la peor parte del descenso, piedras por todo rededor pero al fin un camino plano de 3 kilometros que conduce al lienzo charro de Juluapan.
Son las 3 de la tarde y por fin estamos en el parabus de Juluapan, hay una sensacion de mareo despues de tan agitado downhill de nivel pro pero a la vez una felicidad especial, no hay nada mas satisfactorio que haber sobrevivido y salir ileso a tal evento que cobro solamente una caida no muy aparatosa: nuestro amigo Chava no pudo controlar una curva; pero fue chido, llevavamos casi 9 kilos extras cada uno puesto que llevavamos ropa, sleeping y casas de campaña...
Asi fue aquella vez, las ultimas subidas las hemos echo solos Sam y Yo y aumentando la velocidad pero disminullendo la carga, ya que solo llevamos sleeping. En esta ocasion se nos unira Mauricio a esta salvaje experiencia, espero que lo disfrute tanto como nosotros y que no se paniquee al ver el barranco que lo seguira durante toda la bajada, esperemos que la suerte este de nuestro lado y salgamos con bien una vez mas.
Desde hace 3 años ha sido un ritual el subir en temporadas de lluvias (Julio) acampar un dia y bajar a alta velocidad por el turbulento y sinuoso camino de terraceria.
HISTORIA Y RECUENTO DEL DOWNHILL
Aun recuerdo la primera vez que fui a El Terrero. Todo fue planeado por la maquiavelica mente de Sam, 60 kilometros, contando inicialmente en El Torito de Villa de Alvarez, desde ahi comienza una pedaleada brutal, y parando en Platanarillos, desde ahi hay que pedalear 1.5 kilometros hasta la desviacion y apartir de ahi comienza lo que en verdad es un martirio: 15 kilometros de subida extrema.
Esa primera vez fue inolvidable, estuvimos presentes Sam, Chava, Terror, Hector y Yo. Salimos a las 8 de la mañana de el Polideportivo de Colima y llegamos a las 6 de la tarde a El Terrero. Todo humedo, pues acababa de llover. No podiamos encender nada, pero con paciencia logramos avivar una pequeña fogata para comer y para hacer cafe antes de dormir. Todo fue muy chido.
A la mañana comenzo el dia con una lluvia y con el pago de zona de acampar y demas provisiones que fueron demasiado caras. bajamos a las 9 de la mañana, era un camino entre pinos. Oscuro. Lodoso. En Campo 1 ceso la lluvia y aparecieron unos sinuosos rayos de sol. Comenzo el descenso con un camino lodoso, piedras sueltas y curvas trippeadisimas a eso hay que sumarle que no hay protectores al lado del camino, en cualquier momento puedes hacerle al Superman. La velocidad era brutal y los frenos no respondian ante tal velocidad. Fue un festin de dedos acalambrados, manos, piernas y brazos destrozados. Uff, por fin campo 4, abajo ya se ve Juluapan.... lo que no se ve es la tempestuosa bajada que aun queda por recorrer y que ahora exige mas destreza por parte del ciclista ya que es un camino empedrado.
Ja,ja,ja, aqui es donde nos topamos con un hato de vacas que pastaban al lado del camino, tales animales iniciaron una envestida hacia su propia muerte, ya que de las 4 solo sobrevivieron 2, las otras se fueron a la barranca. Arrgg, el final del empedrado, es la peor parte del descenso, piedras por todo rededor pero al fin un camino plano de 3 kilometros que conduce al lienzo charro de Juluapan.
Son las 3 de la tarde y por fin estamos en el parabus de Juluapan, hay una sensacion de mareo despues de tan agitado downhill de nivel pro pero a la vez una felicidad especial, no hay nada mas satisfactorio que haber sobrevivido y salir ileso a tal evento que cobro solamente una caida no muy aparatosa: nuestro amigo Chava no pudo controlar una curva; pero fue chido, llevavamos casi 9 kilos extras cada uno puesto que llevavamos ropa, sleeping y casas de campaña...
Asi fue aquella vez, las ultimas subidas las hemos echo solos Sam y Yo y aumentando la velocidad pero disminullendo la carga, ya que solo llevamos sleeping. En esta ocasion se nos unira Mauricio a esta salvaje experiencia, espero que lo disfrute tanto como nosotros y que no se paniquee al ver el barranco que lo seguira durante toda la bajada, esperemos que la suerte este de nuestro lado y salgamos con bien una vez mas.
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